Seguramente unos de los mejores aspectos de viajar, sea que nunca sabes donde se esconden las experiencias mas interesantes. Después de toda una mañana visitando comunidades, entre animales domésticos y hamacas, donde todo parece preparado para llamar la atención de unos niños de ciudad como nosotros, iba ser durante la comida cuando empezaba la lección.
Nuestro motorista Don Toño y la representante de la alcaldía Rosalina hablaban con esa añoranza de que todo tiempo pasado fue mejor, de su infancia en el puerto y como había cambiado todo. Nosotros como buenos viajeros escuchábamos en silencio, hasta que la conversación llegó a un punto que me llamó la atención. Ahora todos los niños tienen móviles modernos en la escuela, el que menos tiene es una blackberry y se ríen de él, decía Toño. El fresquero vende 4 colas y el primer dólar que gana lo carga de saldo en el móvil, claro luego se olvida que tiene que comer, concluía.
Tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos,decía Tyler Durden en El club de la lucha, allá por 1999. Nosotros lejos de aprender, estamos tan orgullosos de nuestra religión, que más de 500 años después volvemos a sentirnos en la obligación moral de imponerla en el nuevo mundo. Esta vez, no hay Pizarros, ni hermanos Pinzones, ni lanzas y cascos puntiagudos de forma graciosa, pero en el fondo, seguimos queriendo cambiar oro por espejos, aunque ahora éstos, sean de última generación.
Xabi